La tercera sesión de ‘Artesanos de la Palabra’, ofrece un contacto directo con diversas técnicas de ilustración y se acerca a la historia de la literatura
(Bosa, Bogotá D.C., Colombia)
Por, Olugna
Es el tercer sábado. Un pequeño parlante extiende su eco a través del salón comunal Nueva Ciudad V y recrea una atmósfera ancestral permeada de percusiones, kenas, flautas y cánticos que rinden culto a la herencia de los pueblos originarios. El aroma a café lo impregna todo, se abre paso a través de las mesas y se integra de manera natural a la escenografía preparada por los chicos que forman parte del colectivo. En pocos minutos llegarán los estudiantes.
Es un día crucial para el proceso desarrollado por Colectivo Editorial Origami; una jornada definitiva para los inscritos que, desde la primera sesión, han ofrecido su tiempo e interés de aprender para hacer realidad un libro inspirado en la madre tierra, en sus elementos y en sus hijos favoritos: plantas y animales, en este caso, patrimoniales.
Si bien, Caza Lectores, lugar previsto para el desarrollo de la mayor parte de las sesiones de ‘Artesanos de la Palabra Escrita’, cerró sus puertas al proceso y obligó la búsqueda de otros espacios, la respuesta de los inscritos, ha sido un voto de respaldo a una iniciativa que cree en lo comunitario, reconcilia al individuo con su entorno y reivindica la importancia de la inmensa herencia cultural de los pueblos indígenas en la historia de los territorios.
―Los participantes han seguido asistiendo. Eso revela, precisamente, las necesidades culturales de la localidad y la importancia de que estos espacios se den―. Explica Colectivo Editorial Origami.
Se respira un ambiente tranquilo, el aire adentro del salón se mantiene fresco y ofrece un pequeño oasis que rompe el bochorno de una mañana soleada y permitirá que la clase de hoy, ‘Texturas de Plantas y Animales con Plumillas y Pinceles’, acerque a los estudiantes al arte de la ilustración y les dé la oportunidad de pasear en el tiempo, tras la búsqueda del origen de la palabra puesta en función de la literatura y al servicio de la humanidad, para relatar su historia, su cotidianidad, sus emociones.
Son cinco mesas, en cada una ha sido puesta una planta patrimonial: Coca, Tabaco, Ají, San Pedro y Suculentas. Alrededor de estas, los artesanos innatos de la palabra y la ilustración que han cumplido con otra cita más, observan la presentación que se proyecta en la pared. Son las nueve y media, el taller del día de hoy ha comenzado con la intervención de Nelson: ‘Elementos de la Creación Literaria’; introducción necesaria para la elaboración del libro.
En el muro del fondo, las diapositivas que acompañan la exposición, recogen los pasos de los primeros autores en la historia de la literatura. Mientras que Nelson, por su parte, profundiza en aspectos fundamentales de la creación literaria. Originalidad, estructuras, figuras, entre otros conceptos, son explicados sin la rigidez de la academia. Es un diálogo entre amigos que están aprendiendo a conocerse y que buscan descifrar las enseñanzas de aquellos que, como ellos, fueron soñadores de palabras.
«Cuando la ciudad que celebro haya muerto, cuando los hombres a quienes canto se hayan desvanecido en el olvido, mis palabras perdurarán»
PÍNDARO[1]
Es una cátedra sencilla que repasa los aspectos fundamentales de un texto y abre paso a la intervención de Daniela Guerra, una de las profes que guiará a los estudiantes en el proceso de ilustración. ‘Explorando la belleza de la flora: texturas en la flora y fauna’, es el título de la presentación que dará al segundo segmento de la sesión dispuesta para hoy.
Daniela recorre los aspectos más sobresalientes de las especies animales y faunísticas que formarán parte del libro patrimonial. De cada uno toma, además, la esencia que los define, con el fin de que cada estudiante pueda elegir uno para retratarlo a lo largo del proceso. Algunos elegirán la palabra; otros, se inclinarán por la ilustración.
El recorrido ofrecido por Daniela, facilita la identificación de los estudiantes con la personalidad de cada animal, con la esencia de cada planta: Murciélago, Colibrí, Jaguar, Anaconda, Caimán, Sapo y Oso de anteojos; Borrachero, Yopo, Coca, Tabaco, Ayahuasca, Yarumo y San Pedro; todos, sin excepción, llevan en su ADN un fragmento de la historia del planeta y se conectan con alguno de los elementos de naturaleza: aire, fuego, tierra y agua.
Es una clase sensible que deja al descubierto el talento de los estudiantes que decidieron expresarse a través del dibujo. No obstante, más allá de la destreza de cada uno, prima la conexión simbólica con la plata o animal de su elección; una relación simbiótica basada en el respeto y en el amor, que es capaz de despertar el entorno cuando es observado con detalle.
Es una experiencia que los conecta con las especies que eligieron para identificarse ―esta vez― desde el contacto directo con artefactos esenciales en las técnicas de ilustración. Sus manos son ―en este instante― las responsables de sus primeros bocetos en función del libro. En ‘Artesanos de la Palabra Escrita’, cada objeto tiene un razón de ser y los animales y plantas seleccionadas, una historia para contar a través de la danza entre las plumillas y los pinceles, con las tintas de la Coca y el Yarumo.
Conservando la línea propuesta desde el título de la sesión, los estudiantes, tienen la oportunidad de recorrer conceptos que serán fundamentales para la práctica: textura, volumen, trazos y sombras. Es una clase interactiva en la que todos, sin importar si dibujarán o escribirán, practicarán las lecciones impartidas durante el taller. Es, también, un ejercicio de observación que les da oportunidad de reparar en los detalles de las plantas ubicadas sobre las mesas, para intentar capturar sus rasgos en un trozo de papel.
A medida que Daniela se desplaza por cada una de las mesas para revisar el trabajo realizado por los estudiantes, Ángela, su compañera, comparte ellos sus conocimientos en colorimetría, al tiempo que refuerza el aprendizaje obtenido en la sesión del sábado anterior.
Son más de las dos de la tarde, en ocho días, otra casa abrirá las puertas a estos artesanos de la palabra y la ilustración.
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[1] Píndaro (521 – 441 a. de C.) poeta lírico de origen griego, nacido Cinoscéfalos, que logró destacarse por la profundidad y complejidad de su obra poética.