Cuento

Armándonos de valor y de la potente linterna de nuestro padre, subimos con más curiosidad que valentía

No tenía la fuerza suficiente para maldecir a cuanto dios antiguo adoraran las gentes de estas tierras (Tauramena, Casanare,…

Era un hombre de mediana estatura, de tez blanca y en cierto modo, lo encontraba un tanto parecido a mí

Miro hacia arriba buscando algo de esperanza, pero lo que encuentro es más que eso… (San Francisco, Zulia, Venezuela)…

En la esquina, en ese local, a media luz, con olor a tabaco y alcohol, estaba ella acostumbrada al…

como todo artista, su crítico más duro y cruel, no era otro que sí mismo.

No hubo queja alguna en su despedida muda. No hubo queja ni lamento en su último suspiro

Dioselina Cabezas veía con frecuencia su pasado en cada esquina. Eran aquellas imágenes teñidas de rojo las que la atormentaban

Caminaba con la vista perdida en el horizonte y su cabello se revolvía violentamente con el viento arremolinado alrededor suyo y hacía ondear su ropa, que más que ropa, era un conjunto de harapos miserables, haciendo el intento de cubrir triste y precariamente un cuerpo

A veces uno tiene suerte de encontrarse en el lugar apropiado en el momento apropiado